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Las guardianas de la vergüenza y su antídoto

Escrito por  07 Abr 2021

Os voy a presentar a tres personajes, seguro que os suenan…

  • Doña autocrítica feroz

 

Doña autocrítica feroz critica cada cosa que piensas, dices o haces. Cada error (grande o pequeño, real o imaginado) pasa por su lente de aumento, se agranda y se vuelve un buen argumento para arremeter contra ti: “Eres un desastre, no vales para nada. Si sigues así nadie te va a querer” son algunas de sus frases favoritas.

 

Doña autocrítica feroz no descansa nunca, permanece como un vigía siempre atenta, alerta ante cualquier atisbo de equivocación con el látigo preparado.

 

  • Doña complacencia

 

Todos en mayor o menor medida tenemos necesidad de sentirnos queridos, validados y aprobados por los demás, somos seres sociales y así debe ser para desarrollarnos adecuadamente. Pero no os confundáis… doña complacencia va mucho más allá de eso… ella hará LO QUE SEA NECESARIO para que te quieran. Y eso pasa por cosas como convencerte para que te mates de hambre en busca de un físico con el que ella cree que encajarás mejor, anular tus opiniones por si no gustan a los demás, cambiar tu forma de vestir para adecuarse mejor a lo que será aceptado por los demás o hacerte comportarte de forma sumisa dejando de lado tus deseos o necesidades con tal de complacer a los demás: siempre con el “si” en la boca, nunca enfadad@, nunca disidente…

 

  • Ambas se llevan muy bien con Doña exigencia supina (de hecho, suelen ir de la mano)

 

Ésta se mantiene constantemente en guardia, ya que para ella cada situación cotidiana o extraordinaria es una oportunidad para exigirte más y más. Nada que no sea la perfección le vale. “O la perfección o nada, es su lema”.

 

Y os preguntaréis cómo llegan estos personajes al mundo interno de una persona…

 

¿Cómo surgen la autocrítica feroz, la complacencia y la exigencia supina?

 

Pues en muchos, muchos casos aparecen como guardianas protectoras de lo que algunos autores han llamado “vergüenza crónica”. La vergüenza crónica es la experiencia sentida de que “hay algo de malo en mi” : no es que haya algo de malo en lo que pienso, en mi cuerpo, en como visto o en las decisiones que tomo, sino que hay algo de malo EN MI, en mí como ser humano. Y por tanto todo lo que tiene que ver conmigo ESTÁ MAL, “ES MAL”.

 

"La vergüenza crónica no es sólo una emoción respecto a lo que sentimos, pensamos, percibimos o hacemos. Es un juicio respecto a quiénes somos contemplados desde la perspectiva de un yo crítico y rechazante"

Van der hart, Steele, Boon. 2018

 

Las personas que han crecido viviendo experiencias de humillación, rechazo o abuso pueden desarrollarse pensando que hay algo de malo en ellas. Creen que no merecen ser queridas, que son rechazables y que por tanto tiene que esconder como son en realidad porque si los demás les conocen, se quedaran solas/os.

 

En ese punto entran en juego Doña exigencia supina, Doña autocrítica feroz y Doña complacencia: la primera se encarga de buscar constantemente el máximo rendimiento posible para intentar que la persona no cometa ningún fallo por el que puedan juzgarla y rechazarla. Si no llega a esos estándares (cosa que es imposible la mayor parte de las veces), Doña autocrítica feroz aparece para castigar a la persona con la intención de motivarla para que se esfuerce más la próxima vez. Por último, Doña complacencia se esfuerza mucho en convertir a la persona en alguien “querible” para todos en todo momento y evitar así posibles rechazos.

 

No tienen mala intención, pero con el tiempo terminan minando la autoestima de la persona que se siente constantemente un fracaso y pierde por completo la noción de quién es en realidad.

 

El antídoto contra la verguenza crónica

 

Diversos estudios consideran que las experiencias tempranas relacionadas con vergüenza tienen un papel principal en el desarrollo y mantenimiento de la sintomatología relacionada con la alimentación y la imagen corporal, así como en la severidad de la sintomatología en pacientes con trastornos alimentarios

 

La terapia centrada en la compasión se propone como el antídoto a estos sentimientos nucleares de vergüenza, a este definirse como alguien inadecuado. Los resultados de estudios recientes muestran que la terapia centrada en la compasión reduce de los niveles de vergüenza, autocrítica y disminuye la sintomatología de la patología alimentaria. Así mismo, se describen mejorías en el impacto que el peso tiene para la persona y en sus dificultades con la imagen corporal. Prometedor, ¿no os parece?

 

La autocompasión supone aceptar la persona que YA eres, sin tener que pasar constantes exámenes para que Doña exigencia supina sienta que tienes valía, sin ser machacada constantemente por Doña autocrítica feroz cuando cometes un error y sin tener que complacer a todo el mundo para que doña necesidad de aprobación crea que mereces el amor de los demás.

 

El trabajo con autocompasión se centra, entre otros aspectos, en que te sepas y te sientas valiosa/o por el simple hecho de que eres un ser humano, en que aprendas a acompañarte en el malestar con la disposición de aliviar tu propio sufrimiento, en que puedas tratarte con amabilidad en lugar de añadir más sufrimiento al dolor, y en que puedas volver a contarte tu historia recordándote que todo aquello que ocurrió “allí y entonces” en forma de maltrato, abuso o humillación no está ocurriendo “aquí y ahora”. Que aquello que tuviste que sufrir NO FUE TU CULPA, que no hay nada de malo en ti.

 

Todo esto con el objetivo final de que puedas entablar una relación de amistad contigo misma/o; que puedas ser un lugar seguro para ti, un lugar interno de presencia, incondicionalidad y buen trato.

 

Bibliografía

 

Ferreira C, Matos M, Duarte C, Pinto-Gouveia J. Shame memories and eating psychopathology: the buffering effect of self-compassion (2014). Eur Eat Disord Rev. 22(6):487-94. doi: 10.1002/erv.2322.

 

Goss, Ken & Allan, Steven. (2009). Shame, Pride and Eating Disorders. Clinical psychology & psychotherapy. 16. 303-16. 10.1002/cpp.627.

 

Horcajo L., Quiles, Y. & Quiles, MJ. (2019) Aplicación de la terapia centrada en la compasión en pacientes con un trastorno de la conducta alimentaria: un estudio piloto. Psicología Conductual,  27 (2),  295-309

 

Marta-Simões J, Ferreira C, Mendes AL. Exploring the effect of external shame on body appreciation among Portuguese young adults: The role of self-compassion (2016). Eat Behav, 23:174-179. doi: 10.1016/j.eatbeh.2016.10.006. Epub 2016 Oct 27. PMID: 27816855.

 

O’Morain, P. Kindfulness (2019). Sé amable contigo mismo. Barcelona: Roca Editorial

 

Pinto-Gouveia, José & Duarte, Cristiana & Matos, Marcela & Fráguas, Sofia. (2014). The Protective Role of Self-compassion in Relation to Psychopathology Symptoms and Quality of Life in Chronic and in Cancer Patients. Clinical psychology & psychotherapy, 21. 10.1002/cpp.1838.

 

Sweetingham R, Waller G. Childhood experiences of being bullied and teased in the eating disorders (2008). Eur Eat Disord Rev, 16(5):401-7. doi: 10.1002/erv.839. PMID: 17960780

 

Van Der Hart, O., Steele, K. & Boon., S (2018). El tratamiento de la disociación relacionada con el trauma: un enfoque integrador y práctico. Bilbao: Desclée de Brouwer

 

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Gema García Marco

Gema García Marco

Psicóloga General Sanitaria. Máster en Psicología Clínica y de la Salud.

Máster en Trastornos de la Conducta Alimentaria y Trastornos de Personalidad. Terapeuta EMDR, con especialización en EMDR y trastornos alimentarios. Terapia Familiar acreditada por la ATFCV.

Twitter: @gemapsico Facebook: gema.garciamarco Instagram: @gemapsico

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