En 1997 se estrena una maravillosa película llamada La Vida es Bella. Está escrita, dirigida y protagonizada por Roberto Benigni, que interpreta a Guido, un judío italiano que acaba usando su inmensa fantasía para crear un mundo mágico donde proteger a su hijo de los horrores de un campo de concentración nazi. La historia está inspirada en la experiencia real de Rubino Romeo Salmoni, un judío que pudo sobrevivir al Holocausto Nazi.
Además de ser una película extraordinaria, que recibió un sinfín de premios en distintos festivales nacionales e internacionales, cuenta un hecho que ocurre muchas veces en muchas familias.
Me refiero a que la cruda realidad de la vida nos lleva a querer proteger a nuestros hijos y ocultarles la verdad, mostrándoles un mundo maravillloso donde todo es perfecto.
¿Cómo no me di cuenta antes?
Es posible que como profesional te hayas encontrado con esta situación. Muchas madres y padres se lamentan porque ha pasado mucho tiempo desde que se inició el trastorno alimentario de sus hijos hasta que lo descubrieron. Tal vez incluso fue un familiar cercano o la orientadora del propio centro educativo la que dio la voz de alarma.
Puede haber muchos motivos que expliquen esta situación de desconocimiento:
- Puede ser que haya habido una pérdida de peso o un deterioro progresivo, y una persona que ve a la afectada/o mucho menos tiempo pueda darse cuenta de ese cambio antes que la familia (por ejemplo: un profesor que ve a la persona cuando acaba el curso con un peso, y 3 meses más tarde, después del verano, con el nuevo curso observa un cambio brusco de peso).
- Tal vez estén poco tiempo en casa, o no coman juntos, con lo que es dificil apreciar cambios en los hábitos de alimentación y en el ejercicio físico.
- También puede ser una forma de evitar el problema, de no querer ver la situación, de no asumirlo.
La defensa de la familia
Un comentario habitual en algunas familias es el siguiente: "nosotros nunca hemos tenido problemas, ella es feliz, lo tenía todo". Algo que muchos pacientes en la edad adulta repiten ("no entiendo porque tengo ansiedad, si lo tengo todo").
Es una práctica habitual en algunas familias ocultar a los hijos ciertas cosas que han sucedido con la idea de no hacerles sufrir. No le hablan del fallecimiento de un familiar ("se ha ido a vivir fuera"), del distanciamiento de un pariente cercano ("tiene mucho trabajo y por eso no viene"), de la muerte de la mascota ("se ha ido de casa y se ha perdido").
En otras ocasiones, ha habido una situación de abuso o maltrato, que es justificada ("es que bebe y se pone nervioso", "sólo ha sido una vez"), en otras ocasiones esa terrible situación es tapada, silenciada o negada, porque afrontar la realidad es muy duro. Pero es infinitamente peor invisibilizar el dolor, la pérdida, la indefensión, la angustia y el sufrimiento. Es devastador dejar al menor sin el apoyo de los que debían ser pilares importantes de su vida, sin consuelo, sin ayuda adulta que permita canalizar ese dolor.
En la siguiente escena de la película "La Vida es Bella", Guido se inventa que sabe alemán, para traducir las normas del campo de concentración, y de esta forma construye con gran imaginación un juego que permite dulcificar la cruda realidad de la situación en la que se encuentran.
Mágico en la ficción, pero en la vida real esta protección familiar conduce en realidad a una enorme desprotección vital ("la vida no es como me lo habían contado"), y al final no facilita la consecución de una vida más sana y feliz sino todo lo contrario. Así sólo conseguimos imposibilitar la capacidad de elaboración de los duelos, así como bloquear el desarrollo de herramientas para el afrontamiento de los problemas y situaciones traumáticas que ocurren a lo largo de la vida.
La hija está aliada a "la vida es bella" puesto que es guapa, exitosa, buena hija; sólo hay un pequeño detalle: lo pasa mal y ha bajado de peso hasta estar al borde de la muerte. P. Cordella Masini (2014)
La terapia pese a ser un proceso difícil, permitirá integrar lo ocurrido, aliviar el dolor y afrontar la realidad.
Antes de terminar quiero hacerte una confesión: la Vida es Bella es sin duda mi película favorita.
Bibliografía
- Cordella, P. (2014). Influencias familiares en la génesis de los trastornos alimentarios. En Morandé,G. Graell, M. Blanco, Mª. A. Trastornos de la conducta alimentaria y la obesidad: un enfoque integral (pp. 43). Madrid: Editorial médica panamericana.