Me gusta decir que los trastornos alimentarios no son problemas con la comida, sino un problema personal, familiar o social que se refleja en la comida, como también se podía haber reflejado en otro tipo de conducta disfuncional.
Por eso, es importante aumentar las competencias de la persona para que pueda enfrentarse y superar esas dificultades, y que eso tenga un reflejo positivo en la conducta alimentaria.
¿Con qué actitud te enfrentas a los problemas?
En el trascurso de nuestra existencia se nos plantean retos, dificultades y obstáculos que tenemos que superar: un desengaño amoroso, un cambio de centro de estudios o de trabajo, un fallecimiento de un familiar cercano, una ruptura con un gran amigo, una gran decisión vital. Y ante estos desafíos solemos tener 3 actitudes para afrontarlos.
La actitud TURISTA
La poseen aquellas personas a las que no les gustan los cambios, prefieren no complicarse y permanecer en su zona de confort.
Piensan cosas como: “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”.
Con esa actitud no puedes llegar lejos de la orilla. Así que te quedarás donde estás, anclada en la enfermedad, sin enfrentarte a los problemas, dejándote intimidar por los miedos.
La actitud VIGÍA
Es la que tienen las personas a las que les gustaría cambiar, porque creen que los cambios son positivos, pero nunca encuentran el momento de hacerlo. Buscan excusas para no enfrentarse al reto.
Por tanto, la teoría la saben pero no cambian.
En este caso se mantienen los problemas y la enfermedad, aunque la persona sabe que debería salir de ahí.
La actitud MARINERA
Es propia de quienes se mojan, se arriesgan. A estas personas le gustan los cambios, aunque tengan que modificar el modo de hacer las cosas o sus ideas previas. Han establecido la hoja de ruta, tienen a la tripulación que les acompaña, planifican su itinerario junto con su estrategia, y van hacia su destino sin dudar.
Esta actitud es la que te lleva a solucionar problemas, a buscar alternativas, a superar la enfermedad.
¿Cómo fomentar la actitud marinera frente a la enfermedad?
Te pondré algunos ejemplos de comportamientos que te alejarán de la orilla de la enfermedad, que te harán superar los problemas, y recuperar el control de tu destino:
- Probar alimentos nuevos o cocinados por otras personas.
- Ampliar tu red social. Hacer nuevos amigos.
- Decir no a aquellas personas o situaciones que te están quitando la energía.
- Permitir que los planes no salgan siempre como habías planificado.
- Tomar decisiones e iniciativas.
- Confiar en ti.
- Aceptar tu cuerpo y cuidarlo de manera sana.
Y por último, no te olvides de viajar. Para ello sólo necesitas un cuerpo sano y fuerte, junto con la voluntad de llegar lejos.
Y aunque en los viajes no siempre se disfruta de todo, cuando regreses del mismo te habrás convertido en una persona diferente, habrás abierto tu mundo y tu mente.
“Nuestras maletas maltrechas estaban apiladas en la acera nuevamente; teníamos mucho por recorrer. Pero no importa, el camino es la vida” Jack Kerouac
Y tú, ¿qué actitud sueles tener ante la vida?, ¿eres turista, vigía o marinero?
Esta metáfora está extraída de una dinámica sobre proactividad diseñada por César García Rincón