Es conocido que durante la adolescencia, las chicas y chicos suelen alejarse más de la familia, para confiar sus intimidades y pasar gran parte de su tiempo con sus amigos.
Los colegas se convierten en confidentes y nuevos modelos de conducta. Y eso es algo que preocupa especialmente a los padres, ya que en ocasiones no conocen bien a los amigos o creen que no son una buena influencia para sus hijos.
Amistades peligrosas
En una ocasión, al finalizar un taller de prevención en un instituto, una chica me contó que tenía anorexia, sus amigas se unieron a la conversación y tras un rato, empezaron a expresar su opinión sobre la situación de su amiga con frases como: “yo creo que comer 2 veces al día está bien”, “se le está quedando un tipo estupendo”…
En seguida me di cuenta de que el entorno de amigas de esta chica era nocivo, no sólo veían bien las prácticas insanas de su amiga, sino que la alentaban a continuar e imitaban.
Tu círculo de amigas será un apoyo esencial en tu recuperación, en otras ocasiones se alejarán de ti, y en el peor de los casos, serán una influencia peligrosa.
Decálogo de la amistad en TCA
El papel de la amiga o amigo de alguien con un trastorno alimentario no es fácil. Hay que saber estar, respetar las ausencias, que la afectada/o sepa que puede contar contigo y que no se sienta atosigada.
Si eres un buen amigo de una persona con un trastorno alimentario sigue estas 10 estrategias para demostrárselo.
1. Tomar conciencia de la existencia del problema. Date cuenta de que tu amigo no está bien, tiene un problema y necesita ayuda.
2. Obtener información sobre trastornos alimentarios. Conocer qué son estas enfermedades, con una información básica es suficiente. Ve a páginas relevantes.
3. Pedir a tu amigo/a afectado que lo cuenta a la familia. Es importante que la familia tome conciencia del problema, sepa lo que está pasando. De este modo, podrán buscar ayuda profesional.
4. Recomendar a tu amigo/a afectado que se ponga en manos de profesionales. Esto no es una gripe, es una enfermedad con gran afectación física y mental. Necesita un tratamiento especializado.
5. Evitar comentarios críticos acerca del peso, la delgadez o gordura. Eso podría aumentar su obsesión. También evitar el control asfixiante de la persona. No hagas de policía. No es tu papel. Es mejor un abrazo en un momento difícil.
6. Valorar los buenos hábitos no la pérdida de peso. Una pérdida de peso grande, a veces viene provocada por dietas estrictas y conductas peligrosas para la salud. Es preferible valorar un estilo de vida saludable.
7. No hablar constantemente de la comida. Es preferible sacar otros temas de conversación, especialmente en las comidas.
8. Comprender el sufrimiento del afectado. Los cambios de ánimo, el estado de ánimo depresivo, la irritabilidad, forma parte de las consecuencias de la enfermedad. No te lo tomes como algo personal. Empatiza con su dolor.
9. No caer en chantajes. Si te dice que no le cuentes a nadie lo que le pasa o las cosas que hace, y tú te callas, estás siendo cómplica de un problema y se hará más grande. Es preferible contar algo aunque le duela que ser aliado de la enfermedad.
10. Invitar a que salga, y aceptar cuando no quiera sin enfados. Una persona con este problema suele aislarse de la familia y amigos por su estado depresivo y sus cambios bruscos de humor, entre otras cosas. Acepta cuando no quiera salir, y sigue cerca. Te necesita.
Un verdadero amigo es aquel que se acerca a ti cuando el resto del mundo te abandona. Walter Winchell