Fíjate en la foto de portada, es de un hotel burbuja. Dan ganas de ir a pasar unos días allí, ¿no?. A ser posible, un año después de este confinamiento.
A mí me inspira una sensación agradable, estar en tu burbuja protegido y poder disfrutar de las vistas de lo de fuera; y si además estás en un entorno bonito, todavía apetece más.
Más tarde entenderéis porque os traigo estas imágenes. Porque este post realmente es sobre evolución durante la pandemia.
¿Cómo han pasado el confinamiento las personas con trastornos alimentarios?
Está claro que hay de todo y hay muchos factores que influyen, como son la relación con sus padres; el tamaño de la vivienda, la luz, si tiene patio o si vive en una finca en el campo; la sobreexposición a los medios; si alguno de los padres tiene un trabajo de riesgo; si algún miembro de la familia enfermó...
Pero en mi trabajo como psicólogo, he observado 2 tipos de evoluciones diferentes: empeoramiento y mejoría.
Hablando con mi estimada colega Laura Hernangómez sobre evolución después de estos 2 meses de confinamiento, me comentaba que ella había observado un tercer grupo, que son aquellas personas que han sobrevivido a los síntomas, y aunque no ha habido mejoría, han conseguido no empeorar, a pesar de la dureza de la situación, algo muy meritorio.
Con respecto a los 2 tipos de evolución mencionados anteriormente, hay personas que han empeorado.
El confinamiento ha sido una situación muy dificil para muchos. Estar tanto tiempo encerrado, el miedo al contagio, la información constante, las pérdidas, el aumento del sedentarismo, comprar mucha comida para muchos días...
Es cierto que hay personas que sufren situaciones de maltrato familiar, con lo que mejorar viviendo con el enemigo, se hace misión imposible.
Las personas con trastornos alimentarios con conductas de atracones y descontrol alimentario, lo han tenido mucho más dificil, en general, para gestionar todas estas circunstancias.
Cuando la comida es la única fuente de calma para regular las emociones desagradables, el confinamiento ha sido un terrible verdugo.
En cambio, ha habido personas que han mejorado de su trastorno alimentario. Han recuperado peso y aceptado algún cambio físico, que ha permitido una mejora en la salud; han mejorado su estado anímico; ha mejorado su calidad de sueño, y han encontrado más calma y estabillidad.
¿Cómo es posible que haya personas que hayan mejorado de su trastorno alimentario en medio de una terrible pandemia?
Os voy a compartir lo que he observado.
La doble burbuja
Decía Hilde Bruch, es su célebre libro La jaula dorada (ya hablé de este libro en el post Las 10 enseñanzas del libro La Jaula Dorada),que el trastorno alimentario es como una jaula dorada que permite a la persona que lo padece, sentirse protegida de los conflictos externos, y que impide enfrentarse a las tareas evolutivas necesarias para la madurez. En definitiva, que en esa jaula se siente protegida, aunque realmente genere, sin saberlo, una lento proceso destructivo.
Y yo cómo lo veo, pues como una doble burbuja.
La primera burbuja sería el trastorno alimentario, ya que eso lleva a no tener que hacer frente a sus tareas evolutivas y grandes decisiones, pues con el trastorno alimentario el tiempo se congela de algún modo.
Si recordáis la imagen de portada del post "Con una simple nota" de Araceli García, la dibujo Araceli con 12 años para describir cómo se sentía, en ella, aparece en una especie de carcel transparente, aislada del exterior.
La segunda burbuja la ha traido, sin saberlo, el confinamiento por el coronavirus.
Y es que las personas con trastornos alimentarios, igual que muchas otras con otros trastornos, o sin ellos; han podido encontrar la calma, el tiempo para estar en familia y compartir cosas que antes no hacían, evitar cuestiones externas que podían hacer daño. Es como si la vida de la persona se hubiera congelado de nuevo.
Dentro de casa, siempre que haya buena relación familiar, la persona puede encontrarse más protegida.
Recordáis el hotel burbuja del principio, pues esa es la sensación para algunas personas durante el confinamiento. En la burbuja se está seguro, querido por los tuyos y no hay que enfrentarse a casi nada externo.
La mejoría de la doble burbuja implica que tras el confinamiento la situación puede ser diferente. Al desprenderse de la segunda burbuja, las personas pueden estar más expuestas, y no me refiero a estar expuestas al COVID19, que es algo que pasará, sino a enfrentarse a las responsabilidades propias del momento evolutivo y a las tareas necesarias para su recuperación.
Si tienes un trastorno alimentario y has empeorado, no te culpes, ha sido una situación muy dura la que has tenido que hacer frente. Y si has mejorado, esa ganancia te ayudará a ser más fuerte para enfrentarte a los retos y oportunidades que se avecinan.
También hay personas que han mejorado porque han podido trabajar más en su recuperación, tener más calma para poner en práctica lo aprendido, tener un mayor acercamiento familiar, o poder echar mano de recursos internos que no eran conscientes de que tenían, y han sacado a relucir unas capacidades que, puestas a su servicio, las hacen imparables.
La imagen de portada corresponde a un hotel burbuja situado en la finca Las Beatas.