Hoy en día uno de los peores insultos que puede recibir un adolescente es que le llamen gordo/a, en otra época podría ser cualquier otro insulto dirigido a la persona o a su familia, pero hoy los insultos sobre la imagen física suelen ser más dolorosos.
La importancia que le damos a la imagen física es motivo de ataque fácil, y de gran preocupación en muchos jóvenes, y no tan jóvenes.
Pero ante estas críticas, ¿cómo reaccionamos?.
Cuando imparto talleres de prevención en trastornos alimentarios con adolescentes hay una pregunta que nunca falta, y es la siguiente:
¿Qué haces si alguien te hace una crítica física y eso te molesta?
Las respuestas de los jóvenes suelen ser muy variadas:
1) Me meto con algo suyo!!
2) Le pego!!
3) Le ignoro.
4) Me río.
5) Me afecta, y lo paso mal.
Éstas suelen ser las respuestas que más se repiten, pero vamos a analizarlas más despacio para relacionarlas con los estilos de afrontamiento de las críticas.
La asertividad, entre el lobo y el conejo
Hay personas que cuando reciben una crítica física reaccionan como un lobo. Es decir, que atacan. Puede ser a través de insultos sobre el físico (ejemplo de respuesta 1) u otra característica de la persona. O con violencia física (ejemplo de respuesta 2).
Reírte (ejemplo de respuesta 4) sería una respuesta irónica o sarcástica, en la que la persona hace lo contrario de lo que se espera de ella.
¿Qué consecuencias tiene actuar como un lobo?
Al lobo se le teme, con lo cual la emoción que suscita es de miedo. A las personas nos gusta que nos tengan respeto, pero no miedo. El miedo genera un alejamiento de la gente, y unas relaciones menos auténticas, así como menos numerosas.
A medida que nos hacemos mayores tenemos que aprender a utilizar otros recursos diferentes a pegar o insultar.
Otras personas cuando reciben una crítica reaccionan como un conejo. En este caso, el conejo se calla, no dice nada, sufre por lo que le han dicho, llora en soledad, piensa continuamente en la crítica recibida (ejemplo de respuesta 5).
¿Qué consecuencias tiene actuar como un conejo?
Estas personas a las que les afectan más las críticas pueden sufrir con más facilidad un trastorno alimentario, ya que la sensibilidad a las críticas es un factor precipitante de un trastorno alimentario. Eso es debido a que como se meten con su cuerpo y eso les afecta mucho, en algunos casos pueden intentar cambiar su realidad física. Se obsesionan con su peso, su alimentación, su actividad física. Su objetivo sería intentar cambiar físicamente para no recibir críticas, y eso les puede hacer enfermar.
Aunque esta forma de manejar las críticas tampoco soluciona nada, porque críticas vamos a recibir siempre, y actuar como un conejo no soluciona el problema.
Y en el medio del lobo y del conejo habría otro personaje que tendría una reacción diferente, y daría una respuesta asertiva.
Siempre digo que la asertividad es una clave para tener una vida sana y feliz. Y consiste en hablar claro sin voces, ni insultos, ni amenazas, sino de forma directa explicando lo que te molesta y no quieres que te digan o que te hagan. Otra forma de demostrar la asertividad es cuando somos capaces de decir no a algo que consideramos inadecuado y no queremos hacer.
Una persona asertiva se siente bien consigo misma porque se defiende y no deteriora la relación con los demás porque no tiene una conducta agresiva.
Cuando la asertividad no funciona
En ocasiones la persona es clara con respecto a lo que no quiere que le hagan o digan, es decir tiene una respuesta asertiva, y la persona que critica continua haciéndolo. Cada vez hay más casos de Bullying en los colegios e institutos y el daño que puede ocasionar en la persona que lo sufre es enorme.
En ese caso, hay que mantener una conducta asertiva, y si sigue en la misma línea, tienes varias opciones:
- Ignorar (ejemplo de respuesta 3) y alejarte de esa persona o personas. No merece la pena relacionarse con personas que te tratan mal. A veces cuando ignoras una crítica le das menos importancia, y la persona que critica se cansa de hacerlo.
- Puedes pedir ayuda, a un profesor de confianza, a algún amigo, al departamento de orientación en un centro educativo, a la familia. Pedir ayuda no es de cobarde, es una manera de frenar esas conductas de críticas que pueden dañar mucho a una persona.
En definitiva, si quieres sentirte bien y tener buenas relaciones con los demás, deberás practicar el arte de la asertividad.
Ya que la asertividad es una llave que abre la puerta de la felicidad.