Cambia la mirada durante las fiestas de navidad

Escrito por  18 Dic 2019

Busca que la comida no sea el centro de atención durante estas fiestas.

Normalmente enfrentarse a un documento en blanco (papel si eres un romántico) ya es una prueba difícil, para mí, en este caso, lo es más todavía. Comete el mundo es un proyecto referente para mi y al que, sobre todo, respeto muchísimo. Esta formado por profesionales a los que admiro en lo profesional y quiero en lo personal, por lo que el vértigo que siento escribiendo estas líneas es increíble. De hecho, ha sido este artículo de Paula Cabal el que me ha animado a lanzarme a afrontar esta tarea.

 

Mi formación es la de dietista-nutricionista y fue, al conocer el trabajo de mis compañeras de NorteSalud cuando descubrí más a fondo el mundo de los trastornos de la conducta alimentaria y pasaron a interesarme muchísimo. Desde entonces, he intentado sensibilizar sobre este tema a través de mi divulgación en redes y medios.

 

Las fiestas de Navidad no son entrañables para todos

 

Se acercan las fechas de Navidad y, por desgracia, para muchas personas no son unas fechas alegres. De pequeños, la mayoría de nosotros, recordamos estos días con cariño. La magia de las luces por las calles, ir a ver belenes navideños, funciones de teatro, reunirse con la familia, cantar villancicos, los regalos, etc. También de pequeños, solemos recordar de forma alegre las comidas en las que ayudábamos a nuestras madres en lo que podíamos, se preparaban platos que normalmente no se comían, se utilizaba la vajilla buena, incluso, a veces, papa te dejaba probar un poco de vino que, por supuesto, no te gustaba, pero te ilusionaba intentar que si.

 

En cambio, conforme pasa el tiempo, vamos viendo las cosas de otra manera. En torno a las navidades empiezan a unirse otros conceptos que no nos gustan tanto. Reuniones familiares en las que, por desgracia, suele haber alguna discusión por cuestiones políticas o de rencillas familiares, la nostalgia de los seres queridos que nos van dejando, el familiar pesado que, año tras año, se pasa con el alcohol y da la nota, y los excesos con la comida.

 

Año tras año, vamos sumando celebraciones a la navidad. Lo que antes era la cena familiar ahora se divide en la cena familiar, más la cena de primos. Además, se añaden la cena del trabajo y la de los amigos y lo que antes suponía la ilusión de comer platos que normalmente no comes, poco a poco, se va convirtiendo en el suplicio del compromiso social que implica excesos.

 

Además, por desgracia, para mucha gente que sufre trastornos de la conducta alimentaria, la comida, con los años, toma un protagonismo nada deseable. Pasa a ser la protagonista y el centro del evento, pero no como especial, sino como tentación indeseable, como prueba que superar. Estas personas, por un lado, desean la reunión, la charla con amigos y familia, el cariño de los suyos, pero, por otro lado, sufren y mucho, por tener que pasar el trance de enfrentarse a su mayor miedo. La comida.

 

Por si esto fuera poco, estas reuniones suelen implicar ver a gente que no se ve normalmente y, con el reencuentro, vienen los comentarios sobre los cambios que el paso del tiempo tiene en cada uno. Se sube de peso, se baja, se consigue una mayor definición en el gimnasio o se pierde la que se tenía. Todo ello es objeto de comentario que, quiero pensar que, en la mayor parte de las veces, se hace sin maldad.

 

Para muchas personas, estos comentarios pasan sin pena ni gloria. Son una forma más de comenzar una conversación, pero para otra gente no. Hay muchas personas para las que estos comentarios son juicios de valor muy duros que les recuerdan el proceso en el que están inmersos. Si a esto le sumamos la prueba de la comida, hacemos muy difícil que puedan disfrutar del evento y desconectar de su trastorno. Además, debemos ser conscientes de que no sabemos la lucha que está librando cada persona.

 

Tendemos a creer que estos trastornos solo los sufren un determinado perfil de personas, pero no es así. Día a día la realidad nos demuestra que cualquiera puede estar inmerso en él y, desde luego, todos somos susceptibles de caer en ellos.

 

Y sí cambiamos la mirada...

 

Por eso, quiero animarte a que cambies tu mirada durante estas fiestas. Quítale protagonismo a la comida o a la bebida. Deja que ocupen el lugar de simple medio por el que nos juntamos con nuestros seres queridos. Es más, incluye en el menú alguna opción saludable. Estarás ayudando, por un lado, a que todo el mundo coma mejor y, por otro, si alguien esta preocupado por su alimentación, le estarás dando una gran alegría.

 

No insistas a quien no quiere comer. Para ti puede ser una broma sin importancia, pero para la otra persona puede ser un sufrimiento el seguir negándose y, aceptar, puede conllevar un atracón posterior entrando de nuevo en la rueda de la culpa y el remordimiento.

 

Cuando te reúnas con esa persona a la que hace mucho que no ves, no evidencies sus cambios. No le digas como está, pregúntale cómo está.

 

Interésate por como se siente, como se encuentra, si es feliz o no, etc. Si está sufriendo un trastorno de este tipo, lo agradecerá y, si no es el caso, también. En esta sociedad tan visual en la que lo que prima es la imagen y la superficialidad del aspecto físico, sorprende y se agradece que se obvie ese aspecto.

 

Respecto al alcohol, si lo piensas un poco con calma te darás cuenta de que tiene un protagonismo increíblemente grande. Es un foco de problemas en nuestra sociedad que conlleva muchas muertes a lo largo del año, tanto de forma directa, como de forma indirecta. Si conseguimos restarle algo de relevancia y reducimos su consumo, estaremos haciendo mucho, por todos.

 

Es importante que, entre todos y con pequeñas acciones, consigamos que las navidades vuelvan a ser ese foco de recuerdos bonitos que todos guardamos de la infancia.

 

Otros post de Navidad en Cómete el Mundo

 

Una Navidad para disfrutar y sentirte libre. Por Manuel Antolín.

Mi mente odia la navidad. Por Andrea Arroyo.

Pautas familiares para que las fiestas de Navidad no se conviertan en pesadilla. Por Manuel Antolín.

 

 

e-max.it: your social media marketing partner
Daniel Ursúa

Soy dietista-nutricionista. Tengo experiencia en campos como la restauración colectiva o la consulta, pero mi pasión incluye todo lo relacionado con la divulgación y la formación. He colaborado con distintos medios y he tenido la oportunidad de dar charlas y talleres para distinto tipo de público. Mi principal objetivo es dar a conocer distintos aspectos relacionados con la salud y la alimentación y, más concretamente dentro de los trastornos de la conducta alimentaria, sensibilizar y concienciar sobre sus riesgos."
Twitter: @nutri_daniel
Instagram: nutri_daniel
Facebook: nutridaniel
YouTube: Nutrihabits

Colaboradores

Adetaex               logo-final.jpg

 

Utilizamos cookies propias y de terceros para el correcto funcionamiento y visualización de nuestra página web, mejorar nuestros servicios y facilitar su acceso. Al pulsar Acepto consiente dichas cookies. Puede obtener más información sobre la política de cookies, o bien conocer cómo cambiar la configuración, pulsando en el botón de Más información. [ Más información ]