A veces utilizo con las personas que me piden ayuda, una técnica que se llama "la línea de vida". La utilizo como una manera de aumentar el autoconocimiento y comprensión de una misma.
Es muy flexible y se puede adaptar a cualquier indagación autobiografía que se quiera abordar. Si la quiero hacer sobre el historial de dietas, la llamo "línea de vida dietante". Este tipo de línea de vida en los problemas alimentarios ayuda a comprender lo que yo llamo "la huella dietante".
La línea de vida
A lo largo de nuestra vida hay una serie de eventos que son significativos y nos marcan más que otros. Unos por ir asociados a mucho dolor, u otros por llenarnos de gozo. A veces necesitamos darles un relato y una narración para poder comprender mejor dónde estamos y cómo somos ahora en función de esas experiencias vividas.
Saber ordenar esos sucesos e incorporar una nueva narrativa sobre ellos es de gran ayuda.
Puede adoptar múltiples formatos. Es una técnica de gran versatilidad. No obstante, se utilice como se utilice, el objetivo es reflejar la historia, o algún aspecto de la historia, de forma cronológica. Y posteriormente utilizar este esquema para ayudar a contextualizar, aprender o integrar las huellas de esos eventos en nuestra biografía.
¿Cómo se hace?
Se trata de construir una línea cronológica, en la que organizar las experiencias más significativas. Se puede hacer un recorrido completo de la biografía extensa de la persona, elegir una experiencia concreta y ver cómo ha evolucionado la relación con esa experiencia a lo largo de la vida, o elegir un área en concreto y ver cómo ha evolucionado.
Si bien es una técnica flexible podemos tener en cuenta unas instrucciones mínimas desde las que partir.
1.- Elegir el centro de interés sobre el que hacer la línea de vida. Por ejemplo, la historia de la relación con la comida, de las dietas, acontecimientos que han marcado la relación con la comida actual…
2.- Dibujar una línea plana sobre la que colocar las fechas de los acontecimientos.
3.- Señalar los acontecimientos significativos relacionados con el motivo elegido.
4.- Posicionarlos por encima o por debajo de la línea base, en función del impacto emocional que hayan tenido.
5.- Una opción es "ponerle un título" a cada uno de esos hitos, sucesos o etapas significativas que fueron sucediéndose, como si se tratara de los capítulos de nuestra autobiografía.
Elementos a tener en cuenta
- Acontecimientos significativos: nacimiento, separación de los padres, matrimonio, mudanzas, estudios, …
- Puntos de inflexión: situaciones o eventos críticos de diversa intensidad, que la persona consigue elaborar, dando un significado que le permitió salir reforzada de esa situación. No hay sensación de ruptura biográfica.
- Puntos de corte: serían los puntos de inflexión dónde se puede percibir un cambio importante y brusco entre el antes y el después. Situaciones o eventos de difícil elaboración, como una agresión, experiencias traumáticas, accidentes…
- Estabilidad de la línea: observar si la línea sigue un trazo estable o brusco.
Se puede observar la línea resultante, analizar el impacto de cada experiencia, observar si hay situaciones, o personas coincidentes, posibles consecuencias, influencias… No se trata de buscar culpables, ni quedarse anclada o anclado en el pasado. Más bien, se trata de buscar un contexto sobre la problemática a indagar.
Huella dietante
Cuando hablo de "huella dietante", me refiero a todas las marcas, recuerdos, sensaciones, pensamientos o diálogos internos, que va dejando una historia de dietas malogradas. Cada dieta infructuosa crea una cicatriz de falta de valía importante. Sobre todo, si va acompañada de comentarios descalificativos de personas significativas para la persona. En ningún momento se cuestiona que esas dietas no fueran adecuadas. O que esos comentarios surgieran de personas con sus propios problemas alimentarios sin resolver. Se tiende a depositar la responsabilidad del fracaso en la persona que "no logra" esos objetivos, la mayoría de las veces inalcanzables. Cuando la mayoría de las veces los problemas alimentarios están más relacionados con emociones no expresadas, duelos no resueltos, miedo a ser dañada o dañado, falta de aceptación de corporalidades diferentes, prejuicios, mitos absurdos...
Muchas personas que tienen una relación complicada con la comida, no se han parado a pensar en su propia vida, y cómo algunos eventos les han podido influir en su situación actual, en buscar un hilo conductor o significado coherente.
Trabajar sobre esta huella dietante proporciona un contexto a partir del cual construir un significado diferente, una nueva narrativa, acerca de su relación con la comida.
Pueden darse cuenta de cómo han influido ciertos comentarios, ciertas normas familiares relacionadas con la comida, las primeras dietas, por parte de quién surgieron…
Contemplar su historia alimentaria y su huella dietante, desde otra perspectiva les ayuda a entender que es todo más complejo, y que, aunque fracasaran en esos intentos, ellas no son las fracasadas, ni son un desastre. Y desde ahí, crear una nueva narrativa e imagen de sí mismas.
Gracias a @miss_calorie por la bella ilustración de portada, elaborada específicamente para este post.