La sorpresa es mayúscula. La invitas a pasar con una enorme sonrisa, le das un gran abrazo de esos bien largos.
Le preguntas cómo está, le ofreces tomar algo, y le pides que se siente que tenéis muchas cosas que contaros.
La conversación es larga pero el tiempo pasa rápido, estás feliz de tener a tu íntima amiga contigo después de un tiempo sin hablar con ella.
Te dice que es un poco tarde y que tendrás cosas que hacer, pero tú le contestas que se quede el tiempo que quiera, que no hay prisa, que hay que aprovechar al máximo este momento tan especial de compartir entre 2 íntimas amigas.
Al final llega la noche y se tiene que marchar, te entristece un poco que termine. Os fundís en un nuevo cálido abrazo y os despedís entre lágrimas y sonrisas.
Ahora me gustaría que te imaginaras que esa íntima amiga o amigo, que está contigo, es TU CUERPO.
Tu cuerpo está de paso
Como si de una amiga o amigo se tratara, tengo que decirte que el cuerpo que ves cada mañana en el espejo se despide de ti constantemente.
“Toda la vida buscando el cuerpo ideal hasta darnos cuenta de que nuestro cuerpo está en continuo cambio” M. Antolín
Para que seas más consciente de esos cambios, me gustaría que hicieras un experimento. Quiero que cojas fotos antiguas de algún familiar tuyo de otra generación (tu madre, padre, abuela), a ser posible elige a la persona que más quieres, la más importante en tu vida sin contar pareja o hijos.
Y ahora fíjate en la foto más antigua que tengas de ese familiar, tal vez sea del nacimiento, de cuando tenía 3 añitos. Observa como era su cuerpo con detenimiento.
Sigue viendo fotos suyas, de la pubertad, de la adolescencia, de la juventud, hasta el momento actual. ¿De qué te has dado cuenta?
Posiblemente haya alguna cosa que se mantenga de su cuerpo, pero la mayoría de aspectos de su físico sólo han hecho que cambiar.
No sólo ha cambiado su cuerpo, sino que probablemente ha cambiado también la relación y las emociones asociadas a él.
Habrá cicatrices, heridas invisibles y exigencias imposibles hacia su imagen física. Tu cuerpo ha podido pasar por episodios de violencia, de humillaciones y burlas, o ha cambiado desde el embarazo, o quizá te extirparon un pecho.
"Siempre me repito a mí misma que soy un ser humano, un ser humano imperfecto que no está hecho para lucir como una muñeca" Emma Watson
Una nueva mirada más fresca hacia tu imagen física
Continuando con el experimento anterior de las fotos, te propongo una segunda parte cuyo efecto te puede sorprender, espero que de forma positiva.
Desde esa emoción de afecto al ver las fotos de tu familiar, desde esta sonrisa, me gustaría que cogieras fotos tuyas desde las más antiguas hasta las más actuales. Míralas como si volcaras tu mirada en esa amiga que vino a verte a tu casa y le ofreciste todas las comodidades.
La sonreíste, la abrazaste, la invitaste a pasar, le ofreciste beber algo, le pediste que se sentara y se pusiera cómoda, le insististe en que se quedara más tiempo, porque no había prisa, lo recuerdas…
Así es como tu cuerpo se merece ser tratado, justamente así, y de ninguna otra manera.
Mira tu cuerpo con cariño, acarícialo, abrázalo, ofrécele acomodo, cuídalo, dale lo que necesite para estar sano y fuerte. Permite que cambie.
Nunca olvides que debes ser la mejor anfitriona o anfitrión de tu propio cuerpo.