Imagina que quieres escalar una montaña muy elevada. Hay varios requisitos que necesitarías tener en cuenta:
- No puedes plantearte que vaya a ser rápido ni que vayas a hacerlo seguido. Pues recorrer un camino arduo y largo requiere etapas, y periodos mínimos de descanso.
- Es absolutamente recomendable que lo hagas con un equipo. Hacerlo en soledad implica muchos riesgos. Incluso en el caso de que consiguieras llegar, es probable que llegues con muchos daños que podrían evitarse si viajas en compañía de otras personas.
- El conocimiento que tengáis tu equipo y tú sobre cómo escalar, y sobre esa montaña, es tan importante como la flexibilización de vuestros planes en función de los imprevistos que vayan surgiendo. Aunque te hubieras propuesto subir 10 horas en la siiguiente etapa, su hay tormenta necesitaréis ajustar los tiempos.
- Imagina que en un momento de la escalada os dais cuenta de que habéis perdido la mochila de los víveres y el agua. Claramente, es el momento de volver sobre vuestros pasos. Y eso, que parece un retroceso, está asegurando el éxito de la expedición.
En la recuperación de un trastorno alimentario sucede lo mismo. Es un camino largo, arduo, en el que se suceden etapas distintas con objetivos diferentes. Se requiere acompañamiento y conocimientos sobre el camino, a la vez que flexibilidad para aceptar los momentos en los que se necesita parar, ir más despacio, o incluso retroceder.
Las recaídas, en ocasiones, forman parte del proceso: siempre tienen algo que enseñarnos, algo que nos quedaba por aprender a gestionar, un "vívere" que nos habíamos dejado por el camino sin darnos cuenta. Cada persona lleva su ritmo y no es bueno forzar, igual que necesitarás cuestionarte si los descansos se están convirtiendo en abandonos de la meta.
También cada persona se plantea su propia montaña. Con mucho desgaste es mejor empezar por alturas reducidas, pequeños objetivos que se ajusten a lo que en este momento podemos realizar. Y aún así es muy posible que en algún momento te entren ganas de abandonar. Es cansado. Recuerda que el perfeccionismo es un mal compañero en este proceso: quiere conseguir las metas perfectas, y rápidamente, y eso generalmente bloquea el cambio. Sin embargo, las personas reales se recuperan poco a poco, con baches, con retrocesos, con etapas, con apoyos, con ambivalencia (quiero y no quiero), con cansancio, con imperfecciones. La gente real hace recuperaciones reales. Haz la tuya. Es posible. Te acompañamos.
Puedes contarnos tu experiencia de recuperación con el hashtag #GenteRealRecuperacionReal que es el lema de este año del día mundial de acción por los trastornos alimentarios, celebrado el pasado 2 de junio.